domingo, 26 de diciembre de 2010

¡Encienda la radio! - Primera transmisión

El aparatito descansa hundido en la arena,
espera a que su dueño lo cargue...
a lugares que quieran escuchar.
¡Porque el viento calla su discurso
con cálidas caricias de bronce!

Ahí viene aquel errante al fin,
carga con su locura el pobre.
hablándole a un trozo de papel, a un trozo de vidrio
a un trozo de plástico.

¿Y qué esperas oír de esta charlatana?
Lo mismo que ella espera oír de tí,
¡porque aún está vacía, a diferencia tuya!
siéntate, y por primera vez escucha lo inescuchable.

¡A mano limpia!
En un estudio lejano (tal vez...)
La imponente antena emite ondas de grafito.
Y el locutor se impone a su vez,
carismático como su trazo sobre la hoja.

Dígame,
¡piense y sienta, amigo mío!
¿quiere que la Radio escuche por usted?


Escrito por Ezequiel F.L. Cabrera

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