miércoles, 28 de diciembre de 2011

Dueño de nada


Pensá que sos
Un elemento de estudio para todos los demás.
Pensá que pretendés
Controlar la situación.
Si sos mil personajes distintos
Que rascan la hoja, y ningún dibujante.

Y
te da placer pensar que jugás con ellos
Cuando tus miles de cuervos
Te manipulan a piachere
Y cada quien de afuera
Puede elegir tu cara,
Cuando vas a reír o ser sincero
O tal vez tratar de mirar con deseo
Y te malinterpretan al azar.

Dibujo de Manina Lara (¡¡muchísimas gracias!!)


D
ueño, dueño de nada,
Sos el cuerpo que transporta las mil caras.
Te dieron una espada, una almohada y un amigo.
Te dieron respuestas que después te quitaron.
Y en tu cuarto no hay una sola gota de sangre.

T
e dieron el poder de cambiar
De cambiar y no ser nadie.
El poder de escribir
En segunda persona.
Y aún siendo así,
Tal vez nunca, nunca cambies.



Escrito por Ezequiel F. L. Cabrera

domingo, 25 de diciembre de 2011




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- Juro ser una oveja 
de tu rebaño, 
sin sombrero y sin corbata,
nunca de traje ni pastando
donde no me corresponda,
para luego dar mi lana
y hasta mi carne
por el bien del que me dices
que será un pasto más verde para todos.
Pero dime, encapuchado, que tengo una duda:
¿qué tiene que ver mi lana y mi carne con el pasto?
- Quién sabe.


Y se la llevó a rastras.




Escrito por Ezequiel F. L. Cabrera

Specify 'me'

     Érase una vez un flaco citadino, que para su dicha encontró una aplicación llamada iWish. Un único deseo le fue concedido tras ejecutar la aplicación. Como buen hombre de ciudad, analizó todas la posibilidades, consecuencias y beneficios; dos meses tardó en decidirse. Tras la larga espera, tuvo que actualizar la aplicación y bajar parches, pues en el interín, el programa había cambiado el idioma de su interface del inglés al alemán. Finalmente, tipeó en absoluta monotonía lo siguiente: "infinite stock of 'me' + full equipped weaponry". El programa se colgó y el flaco volvió a intentar. Nuevamente, la aplicación puso trabas: "Specify 'me'.", pidió. Fastidiado, el hombre cambió 'me' por 'myself'. Esta vez el programa respondió, mas el flaco no lo supo hasta abrir su armario, no sin antes intentar unas siete veces más, intentos tras los cuales el programa clamaba "Your trial has expired. Purchase your product at www.wishone.com".
     Inmediatamente tras abrir la puerta, una réplica exacta de él, de mirada vacía y expresión neutral, se asomó. El sujeto original procedió a examinarlo. Llevaba una camiseta de fondo azul opaco con la leyenda 'Trial version', en gris y fuente Arial, y debajo una pequeña oración en la que se leía 'Only one copy'. Efectivamente, tras cerrar y abrir nuevamente la puerta del armario, ninguno más apareció. La pared trasera del armario, ya no era tal, sino una suerte de armería super equipada. El flaco sonrió satisfecho.
     Al día siguiente, llegando al mediodía se sentó a escribir, y como era costumbre en esos días, no le surgió nada. Quiso dibujar, y el mamarracho se burló de él. Luego pasó una hora sentado, pensando y recordando oportunidades perdidas. Cuando se sintió listo, abrió el armario, dejó pasar a su réplica y entró él mismo, a recoger una de las armas de la armería. Optó por una maza pesada con cabeza de hierro. Se paró frente a su réplica, quien lo miraba con suma tranquilidad. Levantó la maza y dejó caer todo su peso sobre el cráneo de la réplica, rompiéndolo en mi pedazos. Como era una versión de prueba, no corrió ni una sola gota de sangre. Pero daba igual, a partir de ese momento su vida sería mucho más llevadera. El flaco sonrió, y se sentó a escribir.







Escrito por Ezequiel F. L. Cabrera